Batman, the Knight of the Cage

Hay que pagar el rescate y aún no hemos hablado de lo mucho que perdemos cuando ganamos lo mundano. En algún momento todos somos el secuestrador y todos el secuestrado. ¿Qué esperas que pase dejando pasar el tiempo, si en la flor de la juventud estamos destinados a la decrepitud de arrastrar los pies y de masticar sin dientes? Debemos pagar, eso es incuestionable, y lo que no hagas tú lo tendré que hacer yo. Espero respuestas mientras oigo mi voz exhausta diciendo: 'Date prisa en socorrerme'.